domingo, 4 de noviembre de 2012

Reflexión sobre “un modelo para investigación documental” Consuelo Hoyos Botero

El saber se debe tener  no como un privilegio si no como una forma de transmitir conocimiento al cual podamos acceder todas y todos, no podemos pretender que se cree ciencia por medio de sujetos aislados de la sociedad enajenados de esta y de todo lo que en ella pasa, en fin debería trascender lo privado y tener todo lo que hemos construido al servicio del pueblo para esto tomamos en cuenta la investigación como forma de vida como un retorno a lo público tal y como lo plantea Consuelo Hoyos Botero en un modelo para la investigación documental.
Teniendo en cuenta que actualmente en muchas ocasiones por no decir que en todas siempre tendremos traspiés en nuestra búsqueda hacia el conocimiento, hacia el saber más, hacia el querer comprender el mundo y todo lo que en el pasa pues podemos decir que el conocimiento es la arma más poderosa que deberíamos tener y puede ser que a muchos no les convenga un pueblo culto lleno de saberes y conciencia social  que cada vez está más interesado por saber más, por buscar y querer encontrar, y para cumplir todos estos objetivos sin duda necesitamos la congruencia, el coincidir en nuestros objetivos es decir apuntar en conjunto hacia la misma dirección.
Podemos decir entonces que el centro de la investigación es lo público pues es allí donde se encuentran los investigadores y lo investigado. Lo público es entonces un reto y los retos o se asumen o se dejan. Asumirlos es cuestión de conciencia.
Un investigador responde desde la cotidianidad a esos cuestionamientos que se le presentan en la realidad que vive, este debe tener argumentos teóricos y científicos que sustenten sus respuestas; al terminar una investigación debe dejar espacio para que una nueva empiece motivando de este modo el surgir de nuevos conocimientos, nuevas hipótesis, nuevas preguntas y respuestas, deberá asumir una postura objetiva y critica; recogiendo todo esto se asume el hecho de investigar como una opción de vida por esto podríamos decir que un investigador nace desde un deseo de querer hacer para encontrar algo, ese algo que lo apasiona que motiva a indagar desde su diario vivir, desde lo que se ve hasta lo que posiblemente no esta tan a la vista, desde el querer encontrar respuestas a tantas situaciones que diariamente presenciamos y que en ocasiones nos parecen irracionales pero que al entrar a analizar objetivamente encontramos respuestas porque nada es al azar y todo esta precedido, estas mismas soluciones que encontramos y que en ocasiones nos hacen sentir impotentes por no tener suficiente fuerza para cambiar todo esto que nos atraviesa el sentir por la otra o el otro, esto mismo que nos dificulta el ser objetivos y limitarnos a solo diagnosticar y no intervenir, pero aun así seguimos en el arduo camino de descubrir, de trascender, de investigar aun cuando lloramos o reímos, aun cuando tenemos respuestas contundentes que nos explican el porqué de la realidad esa misma que miramos y nos parece increíble y al final optar por seguir con el ideal de ¡descubrir para cambiar! llegando así al punto más alto de las utopías. 

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